martes, 29 de noviembre de 2011

Unas van, otras vienen....

         
Tras tres semanas de intensa convivencia, mi amada maestra Marinah regresa a su país. Fue un poco triste sentir que se iba. La verdad es que hace un equipo genial con Cris y sería bien lindo tenerlas a las dos como maestras a la vez. Pero la vida dispuso que me tocara con una y otra por separado y estoy igualmente agradecida. Aprendí muchísimo con ella y, por supuesto, de manera muy diferente a como aprendo con Cris. Eso me gusta mucho de la vida, de mis maestras, cada una con su sentir, su forma de dar…. Y lo que las une es que todas son bien buenas enseñando y que son mujeres muy comprometidas.
La vida parece ser un constante fluir de personas y lugares, de momentos, situaciones, aprendizajes…. Es realmente enriquecedor saber que mi carrera de partería se compone de una sucesión de maestras, cada una con su forma de ser, de sentir, de ver la vida, de enseñar, de aprender, de transmitir el ritual sagrado de la maternidad, de aportar su granito de arena a la Humanidad.
Hubo un momento de transición, se fue Marinah y llegó Tavniah.  En estos casi 6 meses que llevo al lado de Tavniah he aprendido mucho sobre emergencias, pues nos han tocado unas cuantas juntas. Nos compenetramos muy bien en los partos y disfrutamos mucho de dar consultas juntas.
El segundo semestre empezó bastante revuelto. Marinah abrió una gran pregunta en mi interior. Tavniah me está apoyando a encontrar la respuesta, con su acompañamiento silencioso y su incansable sonrisa. Llegó el momento de pensar ¿cuál es mi dirección en la partería? ¿Quiero un título? ¿Es suficiente con la experiencia? ¿Qué puertas abro, cuáles cierro? ¿Estudiar en una escuela de Estados Unidos? ¿Seguir aprendiendo con diferentes parteras? ¿Empezar a ejercer ya o esperar aún un poco?
Es un mundo de incógnitas, que se abrió en Agosto y aún no tiene una claridad concisa. Realmente está siendo una experiencia muy productiva aprender en Luna Maya. Pero algo en mi interior también empieza a pedir más vida personal, una calma, una quietud anhelada durante los últimos años.
No me voy a engañar. Yo no soy una mujer que pueda quedarse quieta. Pero sí me gusta tener tiempo para mí, supongo que como a todo el mundo. Y se me hace duro, en ciertos momentos, ver que se me pasó una semana entera y ni cuenta me di. Que estoy agotada y me paso una tarde entera durmiendo y que llevo dos semanas sin siquiera agarrar la guitarra. Entonces me cuestiono…. ¿es esto realmente la partería? Y me viene una respuesta inmediata: “Hay tantas formas de partería  como parteras haya”. Y respiro profundo y me abro a la Vida y le pido lo que anhelo y suelto, suelto, suelto….

Gracias, Marinah, por abrir la puerta de pensar en una dirección…..

Una foto de Marinah Valenzuela


2 comentarios:

  1. Querida Ileana!
    Encontrarás tu forma, tu propio trazo... ¡no lo dudo!
    Un abrazo enorme hermana!
    (Sigo rumiando nuestro curso, cuando puedas nos conectamos por Skype y lo iluminamos!)

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  2. Ile, preciosa, cuántos caminos se te abren...

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