jueves, 21 de abril de 2011

Mis maestras

Mis maestras son dos ángeles dispuestas a darlo todo. Mis maestras son mujeres con raíces bien profundas en la tierra y sus canales de conexión celestial expandidos por el cosmos. Siguen sólo órdenes de su corazón y las vocecitas de sus guías. Saben dejar volar libremente su intuición y ponerse de pie en un instante, cual guerrera inteligente, para actuar veloz. Saben reír y llorar. Saben callar y qué hay que decir. Son flexilbles, comprensivas, cariñosas, amables, compasivas. Son diligentes, ágiles, rápidas, dinámicas. Saben danzar según la mujer que tengan delante, para hacerle recordar que la diosa está en ellas. Saben abrazar cada instante, navegan cómodas entre la vida y la muerte, acariciando cada alma que nos se entrega a ellas.

Estar a su lado, escucharlas en consulta, verlas recetar, desde un lugar mitad mente-mitad intuición. Hacerles preguntas tanto metafísicas como la anatomía más terrenal. Saben cómo funciona todo y, si no, lo investigan. Su amor infinito da de comer a su curiosidad. La fuerza imparable de su deseo profundo es totalmene sanadora.

Es muy bello ver que no se cansan, que siempre pueden dar un poco más y que expresan qué necesitan y cuándo. Es reconfortante escucharlas darte ánimo y decirte qué bien lo haces.... Son expertas en su práctica y lo dan todo para que tu vayas más lejos que ellas, para que esa estirpe de guerreras luminosas no deje de existir, para que la Humanidad gocemos siempre, y cada vez más, de la Bienvenida Amorosa.

Cada día que pasa siento más admiración por ellas y, aunque con una he compartido relativamente poco, me ha enseñado mucho.... ¡ay, las noches de luna nueva haciendo tinturas y ungüentos! ¡y esas tardes de clases divertidas con preguntas tipo concurso! ¡y cuando vamos al "tertulia", con su patio y sus crepas! Y allí, como reinas, cualquiera diría que estamos hablando del equilibrio sodio-potasio....

Gracias Cristina, Gracias Alana. Ni en mis mejores sueños hubiera imaginado gozar de unas maestras tan sabias, comprometidas, luminosas y llenas de Amor.

Namasté

Marzo intenso y dinámico



Hace tiempo que no me siento a escribir, no es por falta de ganas... Marzo ha estado lleno de vida y vacío de momentos para poder contar todo lo acontecido. Voy a hacer un rápido recorrido por la cantidad de cosas que acontecieron.
Hicimos una fiesta sorpresa a nuestra compañera que estaba a punto de parir. Ni se lo esperaba, la sentamos en el jardín, le pusimos una corona de flores y le regalamos cada una una cuentita para su collar de partos. Me encanta esta tradición donde todas las hermanas aportamos nuestra fuerza a la que está por parir. Fue una noche un poco fresca pero hermosa. Le pintamos también un cuadrito con dibujos de todas para que estuviera con ella cuando lo necesitara.... Acá en Luna Maya la vida es pura celebración. Siempre encontramos un motivo para reunirnos y celebrar la vida, el amor, la amistad, la alegría... es muy gratificante estar rodeada de personas que sienten y viven así, tal y como a mí me gusta, disfrutando de la vida, de las cimas y los valles y siempre festejando, encontrandonos y compartiendo.
De aquella mujer agasajada aquel día, nació una hermosa niña el 3 de Marzo ¡y tiene un montón de tías!

También hicimos una despedida sorpresa a mi maestra Alana, que decidió volver a su país, después de un tiempo de trabajo en Luna Maya. Tampoco se lo esperaba. Llenamos el jardín con pétalos de flores por la tierra, y la esperamos al final de éste con una silla y un cuenco para lavar sus pies. Fue muy emotivo pues yo, su discípula, le lavé los pies, física y simbólicamente, en honor  a todo lo que me enseñó y agradeciéndole su labor. Con este baño quedó sellado el compromiso como estudiante de continuar aprendiendo allá donde esté, allá donde vaya, hasta que yo misma pueda enseñar... y así continuará el linaje de parteras.

También le llenamos la bañera de la sala de partos con pétalos de rosas, pero ella no lo vió hasta el final... cuando la dejamos sola en la habitación en la que tantos partos había atendido ¡y era la primera vez que iba a entrar en esa bañera!
Fue un día inolvidable pues, entre todo lo que hicimos, le regalamos una cesta llena de "consejos" de amigas. Es una antigua tradición en Africa, cuando una mujer se va a casar, las demás le ponen papelitos en una cesta para que los abra cuando tenga momentos difíciles en su relación y así se acuerde que no está sola, que sus amigas la aman y puede, a su vez, leer los consejos o palabras de aliento que un día sus hermanas colocaron allí. Es muy hermoso.

También ha habido varias celebraciones de cumpleaños (más sorpresitas) y mucho, mucho amor. Acá en San Cristóbal, está la tribu de parteras chamanas que colma mi alma de gozo en estos momentos. Está siendo realmente exquisito cada momento que nos juntamos... ¡y es a diario! Me encanta llegar a Luna Maya y abrazarnos, darnos los buenos días, preguntarnos cómo estamos, qué neceesitas de mi hoy... es tan femenino y agradable...